sábado, 30 de julio de 2011

GRAFOLOGIA --Camilo Baldi.

  GRAFOLOGIA Camilo Baldi.

Prosper Aldorisius: nuestro primer ancestro grafólogo

Este artículo lo publiqué en 1999 en el Boletín "Graphos" de la Sociedad Grafológica de Euskadi, para la sección "La Grafología y sus maestros".
Hasta hace relativamente pocos años, siempre se había creído que el primer autor que había escrito un tratado relacionando la escritura con una posible interpretación psicológica, dependiendo de quién la hiciera, había sido Camilo Baldi.
Sin embargo, investigaciones realizadas en los años ochenta por el grafólogo italiano Salvatore Ruzza, demuestran definitivamente que existió otro autor, coetáneo de Baldi, con una obra anterior a la suya, concretamente Prosper Aldorisius, que publicó en el año 1.611 su obra IDENGRAPHICUS NUNTIUS.

Hasta el momento, pocos autores en sus libros, cuando explican los comienzos de la Grafología y su historia, nombran a Aldorisius como precursor y pionero de la misma, ya que siempre se cita a Baldi. Solamente lo han hecho autores como Crépieux-Jamin en La escritura y el carácter (1.933), y que tengamos noticia, Mauricio Xandró en su Curso de Grafología por Correspondencia, y José Javier Simón en El gran libro de la Grafología (Edit. Martínez Roca - 1.992), aunque citando ambos el nombre de la obra pero no a su autor al desconocerlo, y más recientemente en los libros Curso Práctico de Grafología, de Barry Branston (Edit. Tikal - 1.995) y en Escritura y Salud, de Vicente Lledó y Víctor M. Anduix (Edit. Obelisco - 1.997).
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El primer documento del que se tiene noticia en el que se habla de Aldorisius y su ciencia, la IDENGRAFÍA, es una carta escrita por Giovanni Frigiolo y publicada por el librero Girolamo Bordoni en 1.610, dirigida al agente de Su Majestad Serenísima de Polonia y Suecia, Juan Bautista Solari (Carta en la cual se razona sobre la nueva ciencia llamada Idengrafía, descubierta por Prosper Aldorisius). En ella se relata como este hombre era capaz, en palabras de Frigiolo, de sacar de cada escritura, primero las cualidades del cuerpo, empezando por la forma del todo y pasando luego a examinar las partes: la cantidad de cartílago, de músculos, de venas (….); el color de su fisionomía: orejas grandes, nariz pequeña (….); la manera de andar, de hablar, las enfermedades a que está predispuesto el cuerpo (….). En fin, que conoce y revela por medio de la escritura todo lo que se puede decir de las características del cuerpo. Además, comenta Frigiolo, que una vez conocidas todas estas cosas, Aldorisius pasa a analizar las cualidades y la inclinación del espíritu (….) Puede representar las costumbres, las condiciones y los accidentes más notables de cada persona (….). Sabe reconocer las personas de alma grande o pequeña, al que es valiente y al que es tímido, al prudente, al tonto, al lujurioso, al recatado, al avaro, al sabio (….)

En su libro Idengraphicus Nuntius, Aldorisius expone mediante la presentación de 72 principios, una especie de axiomática grafológica, de los cuales pasamos a indicar algunos:
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I.- Sin duda, cada hombre presenta en su escritura su carácter propio y peculiar.


II.- Aunque escribiera con los pies o con la mano izquierda, cada uno expresaría su carácter específico.


VII.- La escritura debe clasificarse en propia (propium), en diferente a la propia o apropiada (praeter propium) y en contrario a la propia (contra propium).


VIII.- Se adquiere muy fácilmente el hábito de carácter propio.


XXIV.- El condicionamiento que la pluma tiene en nuestro carácter es más importante que el de la tinta.


XXXIV.- El carácter gráfico de cada persona que escribe es específico por el hecho de que cada persona tiene una naturaleza diferente.


XXXVII.- Por lo tanto, la causa que produce el carácter gráfico es no solamente el espíritu o los humores del cuerpo o sus distintas partes, sino todos estos elementos juntos.


LX.- Por la constitución de los elementos (que forman el temperamento objeto del estudio de la Idengrafía) se pueden conocer las inclinaciones del alma, del cuerpo y de lo que ha ocurrido.


LXIII.- Incluso en una persona que no tiene la costumbre de escribir, mediante la Idengrafía se pueden conocer estas características.


LXVIII.- Todo esto que estudia la Idengrafía, hace que el hombre tienda a poder cambiar el estilo propio al apropiado, para de igual modo, cambiar sus costumbres anímicas, su fortuna y sus propios eventos.


LXIX.- Para analizar de forma completa la escritura no hay que olvidar las características de la pluma, del material sobre el que se escribe y el de la mano de quién escribe.


LXXII.- Por esta razón, es de actuación científica determinar las cualidades del que escribe, a partir de las características de la escritura.

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